Recámara Terranova
Entrar a Recámara Terranova es como adentrarse en un bosque encantado hecho a la medida de la infancia. El piso de madera cálida cruje suavemente bajo los pies descalzos, mientras una luz tenue y dorada se cuela entre textiles ligeros que se mueven con la brisa. Todo huele a madera recién cortada, a algodón limpio y a días sin prisa.
“Colores suaves, materiales naturales y rincones para soñar.”
Los colores tierra abrazan las paredes: verdes, suaves, ocres, cremas. Hay un rincón lleno de cojines mullidos que invita a leer cuentos, y otro con estanterías bajas donde los juguetes parecen esperar su turno con paciencia. Todo está al alcance de manos pequeñas: los cajones, los ganchos, las aventuras.
Los muebles, de líneas orgánicas y texturas naturales, tienen esquinas redondeadas y superficies que invitan al tacto. Una lámpara en forma de luna cuelga del techo, proyectando sombras que parecen hojas danzando sobre las paredes. Aquí, cada detalle está pensado para que el niño se sienta seguro, libre y dueño de su propio territorio.
En Terranova, la habitación no solo se habita: se vive, se explora y se recuerda.
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